Libro de cabecera para autores de la talla de Balzac, Baudelaire o Proust, Obermann ha permanecido durante años casi desconocido para el gran público, mientras era objeto de culto por parte de una minoría selecta de lectores. Tal vez uno de los libros más representativos del Romanticismo que existen, tanto por su sensibilidad hacia los paisajes sublimes de los Alpes suizos como por su análisis de un Yo dividido entre el entusiasmo y el tedio, la contemplación extática de la belleza y la melancolía depresiva, Obermann merece estar situado, junto a Werther, Frankenstein y René, entre los mejores textos románticos. Esta edición, acompañada de introducción y notas, recupera, junto a la traducción realizada por Ricardo Baeza, los prólogos originales de Sainte-Beuve y George Sand para las ediciones de 1833 y 1840, respectivamente, de la novela.
Libro de cabecera para autores de la talla de Balzac, Baudelaire o Proust, Obermann ha permanecido durante años casi desconocido para el gran público, mientras era objeto de culto por parte de una minoría selecta de lectores. Tal vez uno de los libros más representativos del Romanticismo que existen, tanto por su sensibilidad hacia los paisajes sublimes de los Alpes suizos como por su análisis de un Yo dividido entre el entusiasmo y el tedio, la contemplación extática de la belleza y la melancolía depresiva, Obermann merece estar situado, junto a Werther, Frankenstein y René, entre los mejores textos románticos. Esta edición, acompañada de introducción y notas, recupera, junto a la traducción realizada por Ricardo Baeza, los prólogos originales de Sainte-Beuve y George Sand para las ediciones de 1833 y 1840, respectivamente, de la novela.