LITVINOVA, NATALIA
GANADORA DEL PREMIO LUMEN DE NOVELA
UNA NOVELA LUMINOSA Y RADIACTIVA «Una voz deslumbrante y conmovedora. [...] Pasa del realismo a lo mítico con naturalidad y sabe recurrir al humor y la ironía para narrar una historia que todavía no habíamos leído».
Del acta del Jurado, compuesto por Ángeles González-Sinde, Luna Miguel, Clara Obligado, Lola Larumbe y María Fasce La narradora de esta historia nace a pocos kilómetros de Chernóbil el año que explota la central nuclear y crece en un país atravesado por la confusión y la miseria. En la tierra de los «niños radiactivos», las frutas monstruosas de la Zona, los cielos rojos y los hombres alcohólicos, enfermos o desorientados, las mujeres resisten haciendo de la cotidianidad un refugio: la madre cuyo nacimiento no fue registrado por la persecución de Stalin, la abuela secuestrada por los nazis que regresa al final de la guerra y, acusada de traición, debe trabajar recogiendo turba junto a sus amigas del pantano, como la joven enamorada de Mayakovski o la que pesca con sus trenzas. Desde la Buenos Aires a la que emigró con su familia, Natalia Litvinova rompe el silencio de su madre para reconstruir en Luciérnaga toda una estirpe acallada.La crítica ha dicho:
«Una voz deslumbrante y conmovedora, con la difícil cualidad de la sencillez. En la tradición de la mejor literatura rusa, pasa del realismo a lo mítico con naturalidad y sabe recurrir al humor y la ironía para narrar una historia que todavía no habíamos leído».
Del acta del Jurado del Premio Lumen de novela, compuesto por Ángeles González-Sinde, Luna Miguel, Clara Obligado, Lola Larumbe y María Fasce«¿Cómo es posible que la toxicidad radiactiva se convierta en magia? ¿Cómo es posible que un país roto se convierta en un escenario de ternura? Si Luciérnaga consigue lo imposible es gracias a una poesía que lo inunda todo. Dulce, conmovedora, brillante».
Luna Miguel «Me atrapó este relato que combina la técnica del cuento con la de la poesía y va componiendo una historia que se despliega a lo largo de varias generaciones».
Ángeles González-Sinde«Como todos los buenos libros, plantea contradicciones. Es luminoso, pero habla de tiempos oscuros. Es sencillo para mostrar la complejidad del mundo que nos toca vivir. Es tierno en su dureza. [...] Es fácil de leer, pero se queda dentro de nosotros, repicando».
Clara Obligado«Una historia muy hermosa y muy emocionante, contada con mucho mimo».
Lola Larumbe, librería Rafael Alberti «Me ha cautivado desde la primera frase. He sonreído y me he conmovido a lo largo de la lectura. He pensado en Annie Ernaux, en Nino Haratischwili, en Natalia Ginzburg y en Tatiana Tîbuleac. Y he confirmado que no hay modo más poderoso para narrar la Historia con mayúsculas que la literatura».
María Fasce «Es joven y ancestral: no hagamos cuentas. [...] Litvinova es bielorrusa y argentina y perfectamente extranjera, igual que todo el mundo. No exhibe teorías, solo temblores. No sabe dónde está, bendita ella. La única certeza que tiene es el talento».
Andrés Neuman