AA.VV
La serie Fuera de la Ley ha sido un rotundo acontecimiento editorial en España. A partir de 1936, con las ciudades bombardeadas y sitiadas, lo que sucede con respecto a esos barrios en su día llamados «siniestros» o «tenebrosos» (los barrios chinos, los lugares del hampa) y los fuera de la ley será diferente. La posguerra, igualmente, también cambiará a sus protagonistas. Difícilmente encontraremos a un Eduardo Arcos (alias «Fantômas»), a bandas de apaches tatuados, al ladrón convertido en rata de hotel con cachiporra y cloroformo, al enmascarado casi folletinesco, a los matones y criminales compartiendo tragos en un café cantante. Lo que vino a continuación fue distinto, un fuera de la ley que buscará su existencia de otra manera y bajo los rigores (y horrores) del franquismo.