VV.AA.3
El entendimiento entre los seres humanos y el conocimiento universal han pasado desde el principio de los tiempos por la traducción. Sin ella seguiríamos en compartimentos estancos ignorándolo todo los unos de los otros. Las lenguas vehiculares han ido cambiando a lo largo de los siglos, así como los soportes que transmitían dichos conocimientos. La creación de la imprenta trajo consigo una eclosión de publicaciones que viajaron por Europa, en una primera fase escritas en latín --como es sabido -- y, en una segunda fase, las lenguas romances solicitaron su espacio sustituyéndolo poco a poco. En el siglo xviii, el francés ocupó la plaza del latín en la difusión de los textos científicos y técnicos y, por ende, como la lengua origen principal de las traducciones que se publicaban en España. A los tratados, manuales, diccionarios…, ya asentados como formatos editoriales, se fueron sumando tímidamente, a finales del siglo, las revistas. Estas fueron las grandes protagonistas del siglo xix, tanto en la prensa general (periódicos) como en la especializada. Las novedades científicas tuvieron gran repercusión con ayuda de dichas revistas, sobre todo en las especializadas, por distintas razones.