AA.VV
¡El terror! ¡La plaga! ¡La peste! Los apaches, una de las subculturas más fascinantes de la historia, fueron uno de los fenómenos culturales y sociales más salvajes e interesantes del siglo veinte. Caos, terror y anarquía en el París de la Belle Époque. Los apaches, una de las subculturas más fascinantes de la historia, fueron uno de los fenómenos culturales y sociales más salvajes e interesantes del siglo veinte. Caos, terror y anarquía en el París de la Belle Époque y más allá: en pocos años, los apaches se extendieron a España y la prensa habló de ataques apaches en Madrid o Barcelona. Treinta mil apaches enfrentándose a la policía en pleno centro de París. Armas artesanales (una pavorosa pistola que, al mismo tiempo, funciona como navaja y puño americano). Técnicas de combate callejero. Noches sin fin donde los apaches son los amos. Danza apache. Bandidos sociales. Caos, terror y anarquía en el París de la Belle Époque y más allá: en pocos años, los apaches se extienden a España y la prensa habla de ataques apaches en Madrid o Barcelona. Los apaches, una de las subculturas más fascinantes de la historia, fueron uno de los fenómenos culturales y sociales más salvajes e interesantes del siglo veinte. Surgidos en plena Belle Époque francesa, llenaron las portadas de los periódicos con sus célebres crímenes y su extrema violencia. Durante años, controlaron algunos barrios de París, donde extendieron su dominio y propagaron el terror. También dominaron la noche: crearon una «danza apache» y lucieron un aspecto inconfundible a medio camino entre el dandismo y el hampa, que más tarde se reflejó en numerosas películas, musicales y obras de teatro. Cada semana se publicaban noticias de robos, atracos y enfrentamientos con las fuerzas del orden gracias a su actitud escurridiza, hermetismo y su gran capacidad para responder al acoso policial. La situación se desbordó cuando protagonizaron batallas campales en pleno centro de París y acabaron con la vida de varios policías. Ante ello, se creó un poderoso escuadrón antiapache formado por agentes especialistas en la lucha cuerpo a cuerpo. Pero pronto aparecieron unos nuevos apaches que la prensa calificó como los «últimos apaches»: la legendaria banda Bonnot y los bandidos anarquistas. Para entonces, la moda apache se había extendido por toda Francia e incluso había llegado a España, donde se aseguró que aquella temida «plaga» había logrado instalarse en ciudades como Madrid o Barcelona. El terror parecía imparable