ESPEJO PAREDES JOSE DIONISIO
La época clásica creó una industria cultural a través de diversas formas musicales entendidas como espectáculo profano y como experiencia trascendente. Sus dos principales consecuencias fueron la elevación de la música a arte representativo y organizativo de los sentimientos y la creación del criterio de distinción. El gusto comenzaría a actuar como nuevo mecanismo de diferenciación social en la era burguesa.
La comedia musical ilustrada fue el laboratorio en el que se experimentó y se creó el drama burgués, verdadero fetiche de una sociedad en ebullición: la moderna sociedad de clases y el capitalismo. Las querellas parisinas de 1752 y 1776, lideradas por los enciclopedistas, reflejan la complejidad del fenómeno musical y literario.
Es hacia 1780 cuando París se convirtió en la capital cultural europea, y cuando la burguesía no solo alcanzó el poder económico, sino el poder simbólico que le confirió la commedia musical de inspiración napolitana.
Entre la sociología, la crítica literaria y musical, la retórica y la estética, investigando fuentes originales, este libro pretende hacer una genealogía de esos procesos que nos llevarán a la constitución de un patrón cultural cuyo centro fue el teatro de ópera. Tal «santuario», heredado de la sociedad cortesana y redefinido según las nuevas necesidades, pervivirá hasta la crisis del modelo burgués y la aparición de la cultura de masas en el siglo XX.
El presupuesto filosófico es retórico: la realidad histórica deriva de un complejo nudo de construcciones simbólicas, éticas, políticas y escénico-musicales, expresiones del deseo no descripciones, que constituyen el verdadero fundamento metafísico del hecho histórico.