KOLAKOWSKI, LESZEK
Universalmente aclamado por su trabajo como historiador de las ideas y reconocido como magnífico ensayista, Leskek Kolakowski publicó en 1963 estos Trece cuentos del reino de Lailonia para pequeños y mayores, volumen que hace suya la intuición kafkiana según la cual en ocasiones no existe mejor expediente para hablar de la realidad que una imaginación desbordante. Plenos de humor, ternura y cierto espíritu naif no exento de malicia, estos relatos (catorce en realidad, pues el último de ellos, "Hambruna", fue secuestrado por la censura de la edición original) dibujan la existencia en un hipotético reino, Lailonia, por el cual transcurren jorobas mutantes, niños codiciosos y crueles, cofres que contienen rostros humanos, personas que aspiran a la más ridícula de las famas, dioses que pierden el trono, objetos que se rebelan contra sus dueños e incluso hombres a los que la vergüenza disminuye hasta el punto de hacerlos desaparecer. En el mejor registro de la literatura fantástica, Kolakowski radiografía los entresijos de la Polonia de los años 60 del pasado siglo gracias a un libro que, bajo el aspecto de fábula, admite ser leído como un testimonio audaz de un periodo histórico recorrido por inquietantes realidades, entre otras las denunciadas por el gran dramaturgo Slawomir Mrozek, que huyó de su país el mismo año en que Kolakowski publicó su libro, incapaz de soportar la esquizofrenia que caracterizaba el día a día en un país "socialista".
Universalmente aclamado por su trabajo como historiador de las ideas y reconocido como magnífico ensayista, Leskek Kolakowski publicó en 1963 estos Trece cuentos del reino de Lailonia para pequeños y mayores, volumen que hace suya la intuición kafkiana según la cual en ocasiones no existe mejor expediente para hablar de la realidad que una imaginación desbordante.
Plenos de humor, ternura y cierto espíritu naif no exento de malicia, estos relatos (catorce en realidad, pues el último de ellos, "Hambruna", fue secuestrado por la censura de la edición original) dibujan la existencia en un hipotético reino, Lailonia, por el cual transcurren jorobas mutantes, niños codiciosos y crueles, cofres que contienen rostros humanos, personas que aspiran a la más ridícula de las famas, dioses que pierden el trono, objetos que se rebelan contra sus dueños e incluso hombres a los que la vergüenza disminuye hasta el punto de hacerlos desaparecer.
En el mejor registro de la literatura fantástica, Kolakowski radiografía los entresijos de la Polonia de los años 60 del pasado siglo gracias a un libro que, bajo el aspecto de fábula, admite ser leído como un testimonio audaz de un periodo histórico recorrido por inquietantes realidades, entre otras las denunciadas por el gran dramaturgo Slawomir Mrozek, que huyó de su país el mismo año en que Kolakowski publicó su libro, incapaz de soportar la esquizofrenia que caracterizaba el día a día en un país "socialista".