MARTIN, GEORGE R.R.
NO OYO LOS PASSO EN EL PORCHE, NI QUE LLAMARAN A LA PUERTA, NI LOS TIMBRAZOS ESTRIDENTES DEL VIEJO TIMBRE DE LATON. LA TARDE TRANSCURRIO EN UN SILENCIO SEPULCRAL. PERO, CUANDO CAYO LA NOCHE, SUPO QUE FUERA HABIA UN PAQUETE GRANDE Y CUADRADO ENVUELTO EN