AA.VV
En un primer plano y sobre una gran mesa, descubro una colección de materias traídas de aquellas rutas que recorrían el mundo. Cocinar un buen proyecto exige saber de un mundo, que permanece a la espera de ser descubierto. Tras aquella mesa y casi de frente a la puerta de la cocina, hay una joven pareja de arquitectos. Él viste una camisola negra poco arreglada y ella un sencillo chal blanco. No les queda mucho tiempo para más atavíos. No importa, su sobriedad es elegante. Ambos me miran de una forma un tanto orgullosa. Parecen seguros y orgullosos de lo que hacen y cómo lo hacen. Cocinan la arquitectura de un tiempo próximo, su tiempo, en la habitación más oculta de la casa.