NARANJO MACÍAS, DELIA
La historia de Pepi es real, pero no excepcional, ya que en España se siguen abandonando a miles de perros cada año. La mayoría sigue siendo invisible y es para ellos imprescindible tanto la ayuda de personas que trabajan desde el anonimato como la labor de las asociaciones protectoras de animales.
¡Pepi, mía! fomenta la empatía, el respeto y la solidaridad a la vez que visibiliza un problema social, el abandono animal. Además, sin tematizarla normaliza la existencia de una familia que no es heteronormativa.
Es una narración que trata de devolverle la dignidad a una perrita a la que nadie quiso. Más allá de la lectura literal, reivindica la necesidad de poder vivir sin miedo.