JORGE LUIS MARZO
Agradecimientos
Introducción
1. Los términos
Hispanidad
Barroco
2. Dobleces
La guerra
El mestizaje y la lengua
¿Cultura barroca o polÃtica barroca?
3. La cultura del mito
La cultura como aglutinante social
4. El barroco, estilo manifiesto de lo hispano
América, la realización barroca
El caso mexicano
La retórica: impotencia o liberación
Hacia el mito moderno
5. El barroco, vacuna contra la modernidad
Una América neobarroca
España posmoderna y, naturalmente, barroca
EpÃlogo: un congreso
6. Un pueblo auténtico
Lo naco, lo kitsch
7. La función de la imagen (I)
Lo que se ve y lo que significa
La imagen como fundación
La función del arte
La imagen: campo de batalla
Una última digresión
8. La función de la imagen (II) o qué bien arde el barroco
Ite et inflamate
Iconoclastias
9. Las ruinas y la vigencia del relato
Barroco e hispanidad: dos t+®rminos que, sin decir mucho, pretenden decirlo todo y convertirse, as+¡, en el fundamento +ºltimo de la identidad y la memoria. Entre las genealog+¡as construidas en los pa+¡ses hispanos para definir identidades, la barroca ha sido la m+¡s duradera, extendida e influyente. Sobre ella se han edificado teor+¡as del Estado y de la cultura con el objetivo nada disimulado de conceder a lo hispano una carta de naturaleza singular y excepcional: la marca de un espacio com+ºn en el que el vencedor, el conquistador, cre+¦ un nuevo mundo, con sistemas de orden y control que sostuvieran un entramado gigantesco, complejo y variado, pero reducido a un est+¡ndar que permitiera la absorci+¦n social, la ausencia de conflicto. Lo +ºnico cierto de lo barroco, dice Jorge Luis Marzo en esta obra de un alcance extraordinario, es que est+¡ vinculado con la derrota: "Es el estilo coincidente en los territorios europeos y americanos cuyas masas de poblaci+¦n han sido derrotadas. Son espacios 'colonizados', tanto en el sentido imperialista como psicol+¦gico. En Espa+¦a, tras la siega de moriscos y jud+¡os. En Am+®rica, la derrota ind+¡gena adquiere tintes de hecatombe". Deconstrucci+¦n, a un tiempo, de la hispanidad y de la voluntad misma de construir identidades, La memoria administrada es una obra que pone en crisis el mito barroco, construido sobre la ficci+¦n de la hispanidad.
Barroco e hispanidad: dos términos que, sin decir mucho, pretenden decirlo todo y convertirse, así, en el fundamento último de la identidad y la memoria. Entre las genealogías construidas en los países hispanos para definir identidades, la barroca ha sido la más duradera, extendida e influyente. Sobre ella se han edificado teorías del Estado y de la cultura con el objetivo nada disimulado de conceder a lo hispano una carta de naturaleza singular y excepcional: la marca de un espacio común en el que el vencedor, el conquistador, creó un nuevo mundo, con sistemas de orden y control que sostuvieran un entramado gigantesco, complejo y variado, pero reducido a un estándar que permitiera la absorción social, la ausencia de conflicto. Lo único cierto de lo barroco, dice Jorge Luis Marzo en esta obra de un alcance extraordinario, es que está vinculado con la derrota: "Es el estilo coincidente en los territorios europeos y americanos cuyas masas de población han sido derrotadas. Son espacios 'colonizados', tanto en el sentido imperialista como psicológico. En España, tras la siega de moriscos y judíos. En América, la derrota indígena adquiere tintes de hecatombe".